El UFC volvió en Estados Unidos quebrando una gran cantidad de medidas sanitarias
El último fin de semana, en una transmisión especial, volvieron las veladas especiales de UFC en Estados Unidos. Desde la ciudad de Jacksonville se llevaron a cabo una serie de combates que, tal como sucede cuando la actividad se desarrolla normalmente, lograron llamar la atención de miles de fanáticos.
El UFC, una actividad que mueve millones de dólares en la organización de peleas, debió cumplir una serie estricta de medidas sanitarias para conseguir la autorización por parte de las autoridades para que se pudieran llevar a cabo las peleas.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió un tweet en medio de las peleas para felicitar a Dana White, presidente del UFC. "Es muy positivo que vuelvan los deportes. Háganlo con la distancia social adecuada, pero necesitamos que vuelvan los deportes", dijo Trump a través de un video.
Para que se pudieran llevar a cabo los combates debieron cumplir una serie de requerimientos. Algunos de ellos no fueron aprobados por las autoridades. El primero de ellos fue llevar a cabo las peleas en un estadio sin público.
Además, se utilizó el personal indispensable para tratar de que las velada fuera lo más parecida posible a cómo eran antes de la pandemia. Fue una sola mujer, en vez de tres, la que pasó por la jaula con los carteles anunciando el round. Ella no uso ni barbijo ni guantes.
Un solo empleado de seguridad acompañó a cada peleador hasta el octágono. Los ayudantes de los peleadores usaron en todo momento barbijo y guante. Salvo en algunos momentos donde se los pudo ver que infringieron las normas.
Previo a las peleas, la empresa promotora le realizó a todas las personas que participarían del evento tests rápidos y algunos resultados fueron positivos. El luchador brasileño Jacaré Souza y dos miembros de su equipo fueron aislados inmediatamente cuando los resultados se conocieron. Por supuesto, su pelea ante Uriah Hall fue cancelada, siendo la única de las 10 que estaban establecidas para llevarse a cabo esa noche.
En cuanto a la jaula, esta fue desinfectada entre pelea y pelea. Los médicos, que siempre están con guantes en sus manos, esta vez sumaron durante toda la noche la utilización de barbijos. Las únicas personas que no usaron barbijo fueron los luchadores y el árbitro.
Los periodistas que cubrieron el evento fueron ubicados a una distancia considerable de la jaula y de uno del otro. Una de las infracciones más fuertes tuvo que ver con la realización de entrevistas.