Museo Diablos, gran jonrón de la temporada
“Los guardianes”, del escultor juchiteco Sabino Guisu, franquean el paso a los visitantes al Museo Diablos. Una historia inigualable, inaugurado el pasado mes de abril en el lado este del Estadio Alfredo Harp Helú, que desde su concepción integra los conceptos de arte y deporte; por un lado una colección de obras relevantes de Francisco Toledo dedicadas al rey de los deportes, y por otro, generosos espacios del complejo destinados a exhibir murales, esculturas e instalaciones de destacados artistas oaxaqueños, nos cuenta Francisco Ramos Peña Roja, director del estadio y anfitrión del recorrido para El Economista.
Museo Diablos: un cofre de oro
“Algo mágico sucede en el Estadio Alfredo Harp Helú desde que los Diablos Rojos del México arrancaron la temporada del 2022: el tiempo se detiene en el costado izquierdo del fabuloso diamante de fuego. El Museo Diablos ya es una realidad. Se trata de un recinto que simboliza un cofre de oro donde la gloria del ayer, las leyendas de hoy y las hazañas del mañana convivirán para siempre”, así resume la experiencia el director del recinto museístico y gerente de Comunicación de los Diablos Rojos, Agustín Castillo.
Revela que este jonrón se debe en buena parte a Santiago Harp Grañén, “quien, desde muy pequeño, casi sin saberlo, se encargó de armar la colección que hoy es el alma de este sitio, único en el deporte mexicano”.
A las puertas del infierno de Los Diablos se exhiben dos piezas escultóricas –“El extraterrestre” y “El insecto” –, de Leonora Carrington, que dan la bienvenida al museo, en cuyas salas el público aficionado podrá rememorar la historia del equipo escarlata, revivir sus triunfos en una habitación inmersiva, apreciar fotografías históricas, como aquella que recuerda la victoria sobre los Yanquis de Nueva York en 1968 o la del líder cubano Fidel Castro portando la gorra del equipo mexicano.
El recorrido por este túnel del tiempo rememora las hazañas del equipo en sus cinco sedes, desde el Parque Delta en los años cuarenta, hasta el monumental estadio Alfredo Harp Helú, primero en construirse en la Ciudad de México en los últimos 50 años, diseñado por los despachos de los arquitectos Alonso de Garay y Francisco González Pulido, cuya maqueta presentada en 3D da testimonio de la portentosa arquitectura del complejo.
También se exhibe el historial de uniformes de la novena, así como bats, pelotas, manoplas, cascos, gorras y caretas -y fotografías de sus portadores-, que fueron y han sido protagonistas en jugadas memorables; finalmente, el salón de trofeos , “Ganar a la Diabla”, reúne los testimonios reales de la victoria en la Liga Mexicana de Beisbol en 1994, 1999, 2002, 2003, 2008 y 2014, mientras que los títulos anteriores a 1994 fueron simbolizados a través de esculturas, realizadas por artistas convocados por la directiva del equipo. “Nuevamente, aquí se unen arte y deporte”, dice Castillo.
Arte hasta en la gorra
No escapará a los asistentes al coloso deportivo, los murales en barro bruñido del pintor y escultor José Luis García, “Vivir y morir jugando beisbol” I y II, y las esculturas en hierro forjado que inmortalizan los nombres de cada una de las personas que participaron en su construcción, desde el diseño arquitectónico hasta el trabajo de obra, todo con una propuesta estética exquisita.
Y a propósito de estética, pocos aficionados saben que el diseño de los estampados en la gorra de la temporada 2022, de edición limitada, es de la autoría del artista plástico Jerónimo López Ramírez, mejor conocido como Dr. Lakra, hijo del célebre maestro Francisco Toledo, y nos cuentan que por primera vez se autorizó una variante en el diseño de la “M” distintiva de los Diablos Rojos del México. Sin duda, una pieza de colección.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/deportes/Museo-Diablos-gran-jonron-de-la-temporada-20220526-0109.html